Da para todo

sábado, febrero 13, 2010

Ya quisiera yo

Ya no se a que salgo a la calle a veces, a defender el pan y la alegria? como dice Joaquin.
Creo que uno se acostumbra, toma por normal el mundo tal cual y en realidad esta bastante errado, para cualquier lugar estamos dirigiendo el barco y con este calor, ya no hay ni icebergs contra que colisionar, asi que calculo que seguiremos sin rumbo hasta que nos quedemos sin comida a bordo.
Hay una cancion que de solo escucharla, uno entiende un poco este mundo de mierda y tiene esperanzas o vuelve a su objetivo olvidado despues de estar entre tanto cemento, entre tanta animalada social.


Ya quisiera yo ser librepensador,
no oír el rugir de tripas de tantos, ni su llanto, ni su dolor,
establecerme correcto, filósofo, neutral, independiente,
manejarme bien con toda la gente.

Ya me gustaría a mí alinearme con los no violentos,
regalar flores, descalzo, arrancadas de algún tiesto,
sin tener que poner la otra mejilla para nadie,
a no ser amenazado por ningún indeseable.

El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados.

Quisiera ser más listo, pasar de largo,
saberme libre de culpa y limpio de pecado,
y ser alma caritativa, Maria Goretti o santa,
sufrir sólo un poquito, sólo lo que Dios manda.

No entender de política, ni de sus actualidades,
convencerme que es red de araña, nido de alacranes,
y mutilar mi alma y mi esencia de animal social,
saberme superior a tanta frivolidad.

El caso es que me afectan, quizás demasiado,
la tristeza de los suburbios, el drama urbano,
saber que seremos caníbales dentro de poco
y que no habrá carne suficiente para todos.

El caso es que me afecta, quizá más de lo normal,
tener tanto miedo al cruzar mi portal,
ver que arde mi ciudad o que sangra el asfalto.
Quizá debería ver menos el telediario.

Quisiera ser más listo, adoptar bien la pose,
librarme de etiquetas, hasta la de hombre,
y entender que sólo yo me entiendo
y que no me entiende nadie,
ser un buen ciudadano formal y respetable.

Omitir de mis canciones
palabras como: compañero, obrero,
justicia, guerrilla, paz, hambre o miedo,
y hablar del amor, de cosas bonitas, de mis recuerdos,
contar alguna anécdota graciosa
de cuando era quinceañero.

El caso es que me afectan las cotidianas tristezas,
la de los supermercados, la del metro y las aceras,
también las que me quedan lejos,
las de los secos desiertos, las de las verdes selvas.

El caso es que me parecen buena gente,
algunos luchadores del ocaso,
que se parten el pecho por ser escuchados,
que morirán en alguna esquina, tiroteados.

Ismael Serrano.

lunes, febrero 08, 2010

Pregunta

Alguien se acuerda de eso que querian meter el mes 13? al final nunca hicieron nada y no supe por qué, pero bueno, creo que en vez de poner mas meses, habria que sacar uno, asi tenemos vacaciones mas seguido y vivimos más tiempo(?).

A todo esto, no hice la pregunta, alguno sabe que pasó realmente?

lunes, febrero 01, 2010

Descubriendo libros

Hoy me compré un libro, "En voz baja" de Carlos Alberto Boaglio, en realidad me lo recomendaron y con gran insistencia me terminaron convenciendo para comprarlo, y asi fue que lo conseguí. Al principio no le presté mucha atención, en realidad lo primero que me pregunté cuando surgió todo esto fue, "porque me recomendarían un libro de poemas en este momento cuando practicamente ni el diario leo ultimamente". Todo esto viene a cuento por que hoy hace un mes y un dia que falleció mi viejo, para ser preciso, fue el 31 de diciembre y de ahi que me recomendaron el libro (que hasta hoy no lo supe).
Asi que bueno, ya lo tenia en mis manos, ahora era cuestion de ponerme a leer en algun momento. Como en la tarde estuve con algo de tiempo libre me puse a ojearlo y la verdad es que me resultó una excelente lectura, casi sin darme cuenta habia leído unas veinte páginas. Entre esas páginas leí este poema, de varios que son fabulosos realmente, asi que lo dejo acá para que lo lea quien quiera.

Cuando yo me vaya

Cuando yo me vaya, no quiero que llores,
quédate en silencio, sin decir palabras,
y vive recuerdos, reconforta el alma.

Cuando yo me duerma, respeta mi sueño,
por algo me duermo; por algo me he ido.

Si sientes mi ausencia, no pronuncies nada,
y casi en el aire, con paso muy fino,
búscame en mi casa,
búscame en mis libros,
búscame en mis cartas,
y entre los papeles que he escrito apurado.

Ponte mis camisas, mi sweater, mi saco
y puedes usar todos mis zapatos.

Te presto mi cuarto, mi almohada, mi cama,
y cuando haga frío, ponte mis bufandas.
Te puedes comer todo el chocolate
y beberte el vino que dejé guardado.
Escucha ese tema que a mí me gustaba,
usa mi perfume y riega mis plantas.

Si tapan mi cuerpo, no me tengas lástima,
corre hacia el espacio, libera tu alma,
palpa la poesía, la música, el canto
y deja que el viento juegue con tu cara.
Besa bien la tierra, toma toda el agua
y aprende el idioma vivo de los pájaros.


Si me extrañas mucho, disimula el acto,
búscame en los niños, el café, la radio
y en el sitio ése donde me ocultaba.

No pronuncies nunca la palabra muerte.
A veces es más triste vivir olvidado
que morir mil veces y ser recordado.

Cuando yo me duerma,
no me lleves flores a una tumba amarga,
grita con la fuerza de toda tu entraña
que el mundo está vivo y sigue su marcha.

La llama encendida no se va a apagar
por el simple hecho de que no esté más.

Los hombres que “viven” no se mueren nunca,
se duermen de a ratos, de a ratos pequeños,
y el sueño infinito es sólo una excusa.

Cuando yo me vaya, extiende tu mano,
y estarás conmigo sellada en contacto,
y aunque no me veas,
y aunque no me palpes,
sabrás que por siempre estaré a tu lado.

Entonces, un día, sonriente y vibrante,
sabrás que volví para no marcharme.